jueves, 12 de abril de 2007

El capitalismo: la defensa de la prosperidad


Por Gorka Etxebarría

Cortesía de la revista Veintiuno (Fundación Cánovas del Castillo).

En todas las épocas se ha buscado algo o alguien ya sea deidad o no que fuera capaz de solucionar los problemas que azotaban a la comunidad. Y como la escasez y la miseria son el estado natural del hombre porque no venimos al mundo y tenemos el maná del cielo, siempre ha sido fácil ofrecerse de salvador. El Estado actual cumple esa función a costa del único sistema que nos ha elevado por encima de la naturaleza: el capitalismo. Lo que sucede es que a la gente no le gusta el cambio, el riesgo y la posibilidad de fracasar y piensan que es mejor tener un colchón detrás. Carlos Rodríguez Braún, catedrático y genial tertuliano de la SER y escritor, ha escrito un libro en el que desmonta las falacias de quienes creen en el intervencionismo, esa doctrina que postula que el capitalismo sin freno es anárquico y generador de paro y que sólo la planificación estatal puede evitar el caos.

A lo largo de 130 páginas, Rodríguez Braun plantea cómo el hombre bajo la división del trabajo puede mejorar su condición. Así que nadie tiene que dedicarse a producir todo aquello que necesita porque basta que cree algo de valor para los demás y ganar lo suficiente para adquirir otras cosas. El pobre, para Braun, vive mejor bajo el capitalismo. Si no, basta mirar un mapa y señalar dónde abundan. La respuesta no puede ser más tajante: en las economías planificadas. El autor cita un ejemplo memorable: los indigentes que venden La Farola vivirían mejor si pudieran ofrecer El País o El Mundo pero esto no es posible dado que el Estado se lo prohíbe.

Para entender mejor lo que es el mercado, el autor da una precisa definición muy al estilo de Hayek1: el mercado es un complejo social de descubrimiento y transmisión información sobre oportunidades. Y lo más curioso del mercado es, en palabras del autor, que pone al empresario al servicio del consumidor: si no lo satisface correctamente se le expulsará a menos que rectifique. Las posibilidades de rectificar los errores también son más abundantes bajo el capitalismo.

Mas http://www.liberalismo.org/articulo/109/

No hay comentarios.: